SEGURIDAD ESCOLAR
Gerardo de Lago Acosta
9. ¿Cuál debe ser el rol del alumnado y de las familias para aportar lo necesario en materia de seguridad?
Es importante reconocer que la prevención no es un proceso unilateral, es decir, no es sólo una responsabilidad de las
escuelas, sino que todos debemos corresponsabilizarnos para lograr un frente común en pro de la seguridad. La visión
anterior, consideraba a la seguridad como un mero trámite, de ahí la apatía que prevalecía en las personas. Hoy ante los
riesgos manifiestos que se enfrentan en el día a día y que han sensibilizado a la población, la gente siente ya una
necesidad real de protegerse y por ende una motivación a educarse al respecto.
En este sentido, el alumno es manejable, es decir, para modificar su comportamiento lo podemos y lo debemos orientar
respecto de lo que se debe de hacer dándole instrucciones, él las seguirá, siempre y cuando reconozca a la autoridad
que emite la instrucción y se tenga claridad en el comportamiento que se espera, independientemente que el alumno crea
o no en el proceso.
No obstante que en las escuelas se pueden estar estableciendo las bases correctas y adecuadas para llevar a cabo
procesos de seguridad y formación de hábitos en materia de prevención, de poco servirán, si en el hogar del alumno, no
existe una continuidad de los mismos que refuerce lo aprendido y sirva como un catalizador para su educación integral.
La seguridad no es algo que se pueda encender y apagar con un botón al cruzar la puerta de la escuela: los padres, además
de su deber de estar enterados de los procesos educativos formales en los que se encuentran inmersos sus hijos, se deben
involucrar activamente en los mismos y de manera muy especial en aquellos que conforman este tipo de enseñanzas que aun
cuando no son parte estrictamente de las materias curriculares, son definitivamente parte de la formación de sus hijos
para enfrentar las diferentes situaciones de riesgo en la vida cotidiana.
Debemos lograr mediante un proceso sinérgico, que lo aprendido en las instituciones educativas, se refuerce en los hogares,
manteniendo el mensaje e inculcando desde luego principios y valores, para que el alumno catalice y logre así, una formación
correcta y adecuada en este caso, en materia de prevención, por su propia seguridad, la de su familia y por la de todas las
personas a su alrededor.