ACERCA DEL MANUAL
Prólogo del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia

La seguridad es un concepto amplio. Va desde lo global y que afecta a las relaciones entre los países, hasta lo individual.
Una persona debe ser consciente de los riesgos a que está expuesta. Muchas amenazas a la seguridad, solo los gobiernos y
las instituciones pueden contrarrestarlos, pero otros, los que están a la vuelta de la esquina, dependen mucho de la
consciencia que se tenga y las medidas que se tomen. Hay países más seguros que otros, a veces se está seguro en lo
económico -seguridad económica-, o el gobierno provee a la ciudadanía salud -seguridad social-, existe la seguridad
ambiental y hasta sicológica. Sin embargo, nadie está completamente seguro en todas las aristas de la vida cotidiana.
El Manual de Seguridad para la Prevención de Delitos es una herramienta indispensable tanto para cualquier ciudadano como
para el Estado y sus fuerzas de seguridad. Su autor, David Lee, ha recopilado en una serie de recomendaciones sencillas,
el cómo una persona, su familia, su empresa, sus amigos, pueden tomar medidas de seguridad. Son aquellas que no le competen
directamente al gobierno, no obstante que éste, implemente medidas para que las personas, sus ciudadanos, sean menos
vulnerables ante la delincuencia. Los gobiernos en ocasiones, pierden el control de las medidas que deben tomar para dar
seguridad a sus ciudadanos. Pobreza, falta de infraestructura, ausencia de educación cívica, valores trastocados,
individualismo, instituciones débiles, corrompidas o no profesionales, son factores que incrementan la inseguridad.
En Latinoamérica, de forma creciente se ha deteriorado la seguridad de la población. La justicia es incapaz de aclarar y
castigar buena parte de los delitos. La policía cada vez es menos preventiva, se vuelve sólo reactiva y las más de las
veces, ineficaz. El Estado y sus instituciones no logran disuadir a los criminales y estos se multiplican, se organizan
mejor, se cometen cada vez más crímenes de alto impacto y hay más armas disponibles en los mercados ilícitos. Si un
ciudadano espera a que el gobierno le de protección, probablemente será un número más en la estadística. Es preciso
exigir al gobierno, asimismo tenemos que estudiar el fenómeno, pero también como ciudadanos, debemos organizarnos.
En lo individual, tomar medidas para hacer más difícil al delincuente el que nos agreda, se vuelve imperioso. David Lee
ofrece un libro apasionante. Su lectura obliga a reflexionar y actuar. Debido a que el gobierno por omisión, por contar
con instituciones incapaces o corrompidas, o por enfrentar la realidad de que sectores de la población viven del delito,
orilla a los ciudadanos a implementar medidas para construir su propia seguridad.
Asimismo, cuando se es víctima de un delito, hay que saber a quién acudir, a quien tenerle confianza, sea funcionario de
gobierno, pariente, vecino u organismo no gubernamental de asistencia a víctimas. Todos estos elementos se incluyen en el
Manual de Seguridad.
Desgraciadamente vivimos un incremento de delitos como el secuestro, la extorsión, el ascenso de los homicidios, el cobro
de "impuestos" a comerciantes, la extorsión telefónica y muchos más. Los delitos simples del pasado, como el robo de la
cartera hoy son anécdotas. A su vez, las organizaciones criminales del narcotráfico, cuando ven para sus sicarios la
oportunidad de cometer delitos paralelos, emplean armas de alto calibre y no tienen ninguna consideración. No importa si se
tienen recursos o no, la posibilidad de ser víctima se ha incrementado.
Desde el más pobre hasta el más rico pueden ser víctimas de delitos atroces. Ni a uno ni a otro el gobierno ha logrado
otorgarle garantías a su seguridad. Sea indocumentado o ciudadano, tenga recursos o no, toda persona está amenazada.
Mientras hacemos esfuerzos desde diversas agrupaciones civiles por analizar el fenómeno de la seguridad y la criminalidad,
exhortando o presionando al Estado para que reforme las instituciones policiacas y de justicia, el día a día impone que
prevengamos y evitemos en la medida de lo posible, ser víctima de un delito.
En el CASEDE estudiamos la seguridad, el crimen organizado, la percepción de la ciudadanía, a las instituciones, las
propuestas del gobierno y los programas de cooperación internacional. Ello representa una dimensión de la seguridad,
nacional o ciudadana. Sin embargo, también hacemos sinergias con personas como David Lee que por su contribución y
esfuerzo, han logrado impactar con el Manual de Seguridad la vida de muchas personas. Cada quien pone su grano de arena
para tener un país más seguro, este libro sin duda, es una obra única y singular que aporta valiosas ideas para el
ciudadano.
Enhorabuena esta publicación que se reedita constantemente y se difunde en gran cantidad de países, principalmente
latinoamericanos.
Raúl Benítez Manaut
Presidente

www.casede.org
El CASEDE está formado por un grupo de investigadores de prestigio, académicos, expertos gubernamentales y no
gubernamentales, miembros de la sociedad civil y distintos centros de investigación. Expresa libre y responsablemente
sus opiniones acerca de la coyuntura política nacional e internacional, para contribuir a una mejor comprensión de los
factores que influyen en la seguridad, la democracia y los derechos humanos.