INTELIGENCIA PREVENTIVA
Bernardo Gómez del Campo
Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Maestría en Ciencias Penales de la
Facultad de la Barra Nacional de Abogados. Curso de Educación Militar Básico en el Heroico Colegio Militar
del Ejército Mexicano. Diplomado Internacional en el Instituto Nacional de Ciencias Penales, en Seguridad
Pública por la Universidad Iberoamericana, en Seguridad Nacional por la Instituto Nacional de Administración
Pública y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, como Director de Seguridad por la Universidad
Pontificia de Comillas, España. Diplomado Internacional Policía Científica y Uso de Fuerza por el Instituto
de Estudios Superiores en Derecho Penal. Especialidad de Mando Superior Policial, de la Policía Federal.
Fue Director de Investigaciones Preventivas de la Subsecretaría de Información e Inteligencia Policial de la
Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. Director de Operaciones Técnicas Penales, en la Fiscalía
de Mandamientos Judiciales de la Procuraduría General de Justicia del D.F. Director de Operaciones en la
Dirección General de Tráficos y Contrabando de la Policía Federal Preventiva. Docente a nivel maestría en
áreas de criminalística y asesor, consultor e investigador en materia de seguridad integral.
Es autor de los libros "La Delincuencia Organizada. Una propuesta de Combate" y "En Búsqueda de un Perfil
Policial Mexicano" de Editorial Porrúa. Actualmente se desempeña como Presidente, consultor e instructor
policial, en la Asociación Civil Misiones Regionales de Seguridad.
1. ¿Qué es la inteligencia preventiva?
La inteligencia preventiva no es otra cosa que el procesamiento de información para evitar ser víctimas de
un delito; son una serie de pasos que, desarrollados en forma recurrente, conformarán un hábito de prevención
en prácticamente todas nuestras actividades.
Cada día conocemos en nuestro entorno una víctima más, sabemos de personas muy cercanas que han sido lesionadas,
secuestradas o, peor aún, asesinadas. No podemos, entonces, permanecer con la esperanza en que sea la policía
quien se encargue de nuestra seguridad, de nuestra autoprotección, de lo que llamamos "seguridad personal";
ellos se encargan, o, por lo menos deberían hacerlo, de buscar condiciones de entornos estables, "seguros".
El simple concepto de inteligencia preventiva nos lleva a imaginar definiciones poco conocidas para la comunidad
en general, pensamos en términos policiales especializados, relacionados con el espionaje, la escucha, la
observación o la investigación. No obstante, el concepto de inteligencia ha superado todos los límites, ya es
utilizada tanto en el ámbito público como en el privado; los grandes corporativos desarrollan unidades de esta
naturaleza para la detección temprana de amenazas, identificación de puntos vulnerables en su organización y, por
tanto, medir sus riesgos en oportunidad de prevenirlos.