SEGURIDAD PARA NIÑOS
Carlos Seoane Noroña
Sin embargo, llega un momento en que el niño ya no estará de la mano de mamá o de papá todo el tiempo, ya no
permanecerá en mayor medida en su propia casa, comenzará la interacción con el mundo y su gente; sus márgenes
de independencia crecerán, se expandirán y, de manera proporcionalmente inversa a esa felicidad que da el verlos
crecer, los papás se preocuparán de las amenazas que se ciernen sobre el pequeño que está en vistas de dejar de
serlo, pero muy lejos aún de ser un adolescente, sabiendo que no podrá estar nunca más de manera permanente a
su lado (independientemente que sea o no lo conveniente), de ahí que la mejor herramienta para ayudarlo y ayudarnos
sea el "entrenar" al niño para que aprenda a reconocer los síntomas de aquellas posibles amenazas y, lo
más importante, que tenga la confianza y un canal de comunicación, abierto permanentemente, para platicárselos a
sus padres y/o familia.
Por esta razón, resulta fundamental educar a los menores, para que al crecer y desarrollarse, adopten los hábitos de
seguridad que los acompañarán el resto de sus vidas.
2. Siendo un mayor de edad me quedan claras las amenazas a las que estoy expuesto, ¿estas mismas
amenazas aplican para los niños pequeños o son diferentes?
Las amenazas para los niños no son las mismas que para un adolescente o para un adulto, el motivo por el cual el
delincuente es atraído a su víctima cambia.
Como adultos, normalmente, representamos para los "malos" una motivación para obtener una ganancia económica,
mientras que con los menores el tema del motivo satisfactor no necesariamente se enfoca a un beneficio de tipo
económico; existen otras motivaciones de tipo sexual que suelen darse por gente cercana y no precisamente por extraños
que acechan las calles, de ahí que sea sumamente importante el saber reconocer las conductas atípicas que pudiesen
mostrar signos de advertencia.