PSIQUIATRÍA Y SEGURIDAD
Dr. Luis Antonio Pando Orellana
Al evaluar estas funciones, -conducta normal o patológica-,
se generan respuestas adecuadas a las demandas y condiciones de las realidades sociales.
2. ¿Los delincuentes nacen o se hacen?
Los primeros estudios fueron orientados a analizar las tendencias de un individuo a convertirse en un
criminal por su "fenotipo", es decir, por su apariencia. Después se discutieron los aspectos
genéticos en términos de cromosomas. Todo fue un fracaso. Posteriormente y gracias a las investigaciones
sobre la corteza cerebral, se pudo contar con un sustento neurobiológico más firme respecto de algunas
teorías tales como el circuito de la ira, ubicada en la amígdala del temporal, que cuando le llegan
impulsos, dispara y genera violencia.
Sin embargo no es sino hasta con la aparición de la imagenología funcional y de la neurofisiología, que
es posible a través de los electros digitales, que se puede demostrar la existencia de disfunciones
vinculadas al cerebro límbico, que regula las emociones.
De tal suerte, encontramos personas que son potenciales delincuentes o criminales y pueden nunca sufrir
una detonación que dispare una reacción en ellos de dicha naturaleza, así como también existen quienes
padecen francas disfunciones en su cerebro generadoras de violencia, pudiendo degenerarse eventualmente
hacia la comisión de un delito.
Se han hecho interesantes experimentos con gemelos, que fueron separados por adopción y criados en
ambientes distintos; el consenso es que el entorno influye de manera determinante en las personas y
constituye una parte fundamental en sus males.