Ricardo Maya Tlascoapan
Licenciado en Derecho, con estudios de especialidad en Derecho Penal, por la Universidad Univer de Jalisco,
México. Diplomado en Dirección de Seguridad de Empresas y en Gestión Estratégica de Riesgos, por la Universidad
Pontificia de Comillas, España, en Criminalística y Técnicas Periciales por el Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Monterrey y el Instituto Nacional de Ciencias Penales. Certificado como Oficial de Protección CPO
por la International Foundation for Protection Officers, como Auditor Internacional BASC, por la Business Alliance
for Secure Commerce y con preparación para ser Profesional Certificado en Protección por ASIS International.
Cuenta con diversos cursos en dirección, gestión de crisis y continuidad de negocio, prevención de pérdidas,
investigación, inteligencia, auditorías y controles de seguridad corporativa así como reacción en emergencias.
Se ha desempeñado como consultor regional de seguridad bancaria, jefe de seguridad institucional y asesor en
seguridad en empresas de primer nivel. Actualmente se desempeña como Coordinador de Seguridad Corporativa, de
una importante organización multinacional del ramo de alimentos y bebidas.
1. ¿Cuáles son en primera instancia las medidas de seguridad que debemos considerar respecto de nuestra
tarjeta bancaria?
Es muy importante el cuidado de nuestras tarjetas bancarias, desde su origen; es decir, al pensar en solicitarla
muchas personas ven fácil el adquirir tarjetas, sin vislumbrar los problemas económicos que puede generar al no
llevar una adecuada administración, así como el pago de la comisión anual, por pagos tardíos, por disposición de
efectivo, por impresión de estados de cuenta, intereses, etc. Son muchos de los efectos multiplicadores que se
suman al saldo en dinero, prestado por el banco.
De mucha importancia es, asimismo, asegurarnos dónde solicitamos y tramitamos las tarjetas bancarias; en muchas
ocasiones observamos, en las plazas o tiendas comerciales, a personas que nos ofrecen el trámite y nos piden
información personal, así como financiera, e incluso solicitan una identificación oficial, para verificar datos
y obtener una copia de la misma; es preciso reconocer que ahí no existe garantía alguna respecto de la seguridad
de la información proporcionada, así como tampoco de la obtención de la tarjeta solicitada, no obstante, cabe la
posibilidad de que dicha información, sea utilizada por terceros para la comisión de una extorsión o un
secuestro.
De igual manera, otra forma no adecuada de tramitar una tarjeta de crédito es al acceder en una invitación
telefónica a hacerlo, donde una persona se identifica como representante de una institución bancaria y nos
informa que por un buen manejo financiero, hemos sido beneficiados con un crédito pre-autorizado, indicando que
únicamente requiere información complementaria que incluye la parte personal, con domicilios, teléfonos, etc. Así
como financiera de otras cuentas bancarias y propiedades; difícilmente se podrá asegurar la protección de la
información. Se tiene conocimiento que personas de reclusorios hacen este tipo de llamadas para obtener la
información y posteriormente extorsionar o secuestrar a las personas.
La forma más segura de tramitar una tarjeta de crédito, es acudiendo a las sucursales bancarias, a través de sus
ejecutivos, donde existe el respaldo de la misma institución respecto de la protección de la información, la
agilidad del trámite, aclaración de dudas y sobre todo se informa en el mismo momento, si el crédito fue autorizado
o declinado.
En caso de ser aprobado para la obtención de la tarjeta, resulta fundamental en términos de seguridad, el manejo
de la misma, desde el momento de recibirla y activarla; es necesario que al recibir la tarjeta, se revise que la
bolsa 'seguri-sello', la cual cuenta con un cintillo foliado, que venga totalmente sellada y no violada. Son muchos
los antecedentes, de las empresas repartidoras, que sus empleados se ven involucrados en las extracciones de
tarjetas e incluso en la clonación de las mismas.
Para la activación, ésta se puede hacer de dos formas: una directamente en el cajero automático, al tratar de hacer
la primera operación; y, la segunda, marcando al teléfono de contacto gratuito de la institución financiera. Esta
información debe ser recabada de los formatos que vienen adjuntos en la tarjeta, o en la propia tarjeta, nunca de
números telefónicos proporcionados por los mensajeros que entregan las tarjetas u otras personas.
Al recibir y activar la tarjeta, es preciso firmarla, muchos son los casos documentados donde se extravían las
tarjetas, estas no tienen firma y terceras personas aprovechan para realizar compras o consumos en comercios; una
medida adecuada de seguridad, es la utilización de tinta anti fraude o 'check secure' para su firma, la cual hace
más difícil el que se pueda borrar; sin embargo hoy, existen nuevas políticas, donde los bancos negocian con
ciertos establecimientos para que el usuario de la tarjeta no firme, lo cual, desde el punto de vista de seguridad,
conlleva un riesgo en ese tipo de operaciones.
Una de las medidas que mayor utilidad tiene para disminuir las clonaciones bancarias, son las Tarjetas Inteligentes
o de 'chip', como se denominan. La percepción estándar de una tarjeta inteligente es una tarjeta micro procesadora,
con varias propiedades especiales: procesador criptográfico seguro, sistema de archivos seguro, características
legibles por humano y capaz de proveer servicios de seguridad: confidencialidad de la información en la memoria, no
obstante, todas estas bondades no son de gran utilidad, contra el descuido o exceso de confianza de las personas.